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Camino De Santiago

El Jubileo Compostelano

Son muchos los aspectos que podrían apuntarse en torno al Jubileo Compostelano, privilegio que le fue otorgado a la catedral de Santiago en 1179 por el Papa Alejandro III, a través de la indulgencia plenaria en tres festividades todos los años, incluso en aquellos que no sean jubilares, algo que no todo el mundo conoce, pues se cree erróneamente que la indulgencia plenaria solo se consigue en año jubilar, estas son el día de Santiago, 25 de Julio, el día de la Traslación, 30 de Diciembre, y el 21 de Abril, fecha en la que se conmemora la Dedicación de la Catedral compostelana. Por lo tanto, solo la solemnidad y otros privilegios que conlleva diferencian indulgencia plenaria del jubileo, definido como “la indulgencia plenaria que el Sumo Pontífice concede, por algún acontecimiento especial, a todos los cristianos con la obligación de llevar alguna obra piadosa”


Entre los más singulares, al margen de los estipulados para lograr las indulgencias plenarias, se encuentra el abrazo a la imagen pétrea del Apóstol, que se ha definido con un significado semejante al que posee el abrazo “que el padre y el hijo se dan en laparábola evangélica”y la colocación de los dedos sobre la columna central del Pórtico de la Gloria.


Aunque este rito no posee ninguna significación religiosa, su constante repetición, atestiguada por las huellas impresas sobre la piedra, debe entenderse como una “lección cristológica, pues la lección plástica del fuste, la genealogía humana de Jesús, se completa con la del capitel, el origen divino del Verbo. Y la actitud agradecida y humilde de Mateo, “o Santo dos Croques”, es una enseñanza acerca de la gratitud que el hombre debe a Dios, que ha puesto en el su imagen y semejanza”, según ha señalado Precedo Lafuente.


Otros Símbolos del Camino de Santiago


Resta recordar otros dos símbolos, íntimamente ligados con el Camino y el Año Santo Compostelano. La Puerta Santa, un símbolo que Santiago copió de Roma, cuya apertura el 31 de diciembre del año anterior al Jubilar anuncia su comienzo, y cuya clausura el 31 de diciembre siguiente señala su final. Y, la “Compostela”, documento acreditativo de haber realizado el Camino otorgado por el cabildo catedralicio. Este reconocimiento como verdadero peregrino suponía que, en los hospitales y albergues de la ruta, este podría ser acogido; sobre todo en el Hospital Real de Santiago, (hoy parador Reyes Católicos en Plaza del Obradoiro) en el cual tenía derecho a recibir alojamiento, manutención, al menos por tres días, además de vestimenta y atención sanitaria.


El texto del “Liber Sancti Jacobi” Veneranda Dies, describe con precisión y claridad – conciertas semejanzas con el momento presente-, cuál era el comportamiento de los peregrinos en el Medievo en el interior de la Catedral.


“Causa alegría y admiración contemplar los coros de peregrinos al pie del altar del venerable Santiago en perpetua vigilancia: los teutones a un lado, los francos a otro, los italianos a otro; están en grupos, tiene cirios ardiendo en sus manos; por ello toda la iglesia se ilumina como lo hace el sol en un día muy claro. Cada uno con sus compatriotas cumple individualmente con maestría las vigilias. Unos tocan cítaras, otros liras, otros tímpanos, otros flautas, caramillos, trompetas, arpas, violines, ruedas británicas o galas, otros cantando con liras, otros cantando son acompañados con diversos instrumentos, pasan la noche en vela; otros lloran sus pecados, otros leen los salmos, otros dan limosna a los ciegos. Allí pueden oírse diversidad de lenguas, diversas voces en idiomas barbaros, conversaciones y cantinelas en teutón, inglés, griego y en los idiomas de otras tribus y gentes diversas de todos los climas del mundo. Si alguno se acerca triste, se retira alegre. Allí se celebra continua solemnidad, la festividad se prepara cuidadosamente, se celebran los cultos para la gloria del Señor y del Apóstol.